jueves, 29 de noviembre de 2018

Experiencia - Esencias

En nuestro primeros meses de vida, nos enseñan a andar y hablar. Más tarde a leer y escribir o a cómo se dice la palabra ''casa'' en inglés. Pero lo que la escuela no nos enseña es a ser fuertes ante las adversidades.

No nos enseñan que para conseguir tus propósitos hay que esforzarse hasta dejarse la piel. 

No nos enseñan que el amor si es de verdad, debes regarlo todos los días como si de una flor se tratase y así siempre brillará. Nada es tan sencillo como muestran en las películas...

No nos enseñan que la mayoría de amistades se basan en el interés y que las pocas puras que encuentres debes mimarlas, porque lo que se marcha ya no vuelve jamás.

No nos enseñan a detectar a las personas tóxicas, aquellas que querrán hundirte con ellas hasta el más profundo y oscuro abismo.

No nos enseñan a que, a veces, no solo el amor te rompe el corazón, sino también amigos o familiares.

No nos enseñan a que para que te respeten, de vez en cuando, tienes que sacar los dientes.

No nos enseñan a que, cuando eres mujer, tienes que mostrar tu fuerza psicológica para que nadie se aproveche de ti, ni te hagan de menos. Y que, cuando eres hombre, debes mostrar tus sentimientos más a menudo para que el mundo sepa que vosotros también tenéis derecho a llorar. 

La mejor escuela del mundo, definitivamente, es solo una: nuestra experiencia en la vida.


Del libro ESENCIAS 

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