miércoles, 6 de marzo de 2019

Aquellas amistades que te convirtieron en la persona que eres ahora




Hay amigos con los que siempre reirás intensamente. Hay amigos que te escucharán y comprenderán. Otros que confiarán en tu criterio y te adoptarán como terapeuta particular. Otros que no se fiarán, pero no por tu culpa, sino porque los golpes de la vida les ha hecho así, desconfiados. Existen amigos que de primeras te querrán, te querrán muchísimo y querrán compartir todo su tiempo contigo, pero con la misma velocidad con la que se encandilaron, se esfumó todo ese interés por ti hasta el punto de desaparecer sin dejar rastro de lo que un día fue. Otros con los que solo te unió las grandes fiestas de la adolescencia y momentos de locura, pero ningún sentimiento puro. Hay amigos que se acercarán a ti por un objetivo en concreto. Tendrás amigos a los que no les interesa tu vida ni lo más mínimo, pero sí pretenden que a ti les interese la suya. También existen los que, simplemente, te amarán de todo corazón y a estos nunca hay que dejarles marchar, porque lo valioso cuesta encontrarlo.

La amistad a veces daña, traiciona, decepciona, engaña, manipula, ata, envenena; la amistad te desgarra el alma como si de un mal de amores se tratase. Si nunca lo has experimentado, en algún momento lo harás y no debes tener miedo, es parte de esta cruda realidad. Pasarás por todas las fases del duelo: pérdida, negación, desesperanza, ira, intento de acercamiento a dicha amistad, ansiedad, aceptación y superación. Yo añadiría otra… liberación. Liberarnos de la toxicidad que nos lleva tanto tiempo pesando resulta realmente gratificante. 

A lo largo del camino encontraremos personas venenosas que, con la experiencia, las captaremos a distancia. Personas que, durante un largo periodo de tiempo, fueron pilares fundamentales en tu vida, pero un día sin saber por qué, sin darte cuenta, por circunstancias de la vida o porque ya no compartíais nada pasan a ser completas desconocidas. Personas que no pasaron por tu vida para hacerte feliz, sino para darte una lección aunque doliese. Personas que desde el principio están junto a ti sin intereses, sin segundas intenciones, a las que les importas de verdad.

Todos son amigos y los que ya no lo son, también recorrieron parte del camino junto a ti. Y no debes odiarles ni guardarles rencor, no. Debes tomarlo como un aprendizaje que te regaló la vida. Un aprendizaje necesario que te convirtió en la persona que eres ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario